Con la entrada en vigor de la nueva Instrucción Técnica Complementaria AEM1 (ITC), el sector de la elevación en España se enfrenta a un cambio normativo que está impactando tanto a los propietarios de ascensores como a las empresas de mantenimiento. Esta normativa, que entró en vigor el pasado 1 de julio, se ha actualizado para asegurar una mayor homogeneización entre las distintas comunidades autónomas de los estándares de seguridad y un control más riguroso sobre los sistemas de elevación, incluyendo ascensores de uso público y privado.
¿Cuáles son las principales obligaciones de las empresas mantenedoras?
El enfoque de la nueva ITC es claro: elevar el nivel de seguridad mediante la mejora del mantenimiento preventivo regular y exhaustivo. Por ello, esta normativa establece que el control de los ascensores debe ser realizado exclusivamente por empresas conservadoras certificadas, eliminando la posibilidad de que personas no cualificadas manipulen el sistema.
Esta disposición garantiza que todos los trabajos, especialmente los de rescate, sean efectuados por personal competente y experimentado.
Entre los nuevos cambios en las obligaciones de las empresas mantenedoras, se encuentran:
- Elaborar un plan de mantenimiento adaptado a la nueva ITC para cada ascensor con las actividades, procedimientos, recursos materiales, humanos y duración, etc.
- Controlar todos los elementos de seguridad que se vayan instalando, tales como pesacargas, cortinas, telealarma, etc.
- Llevar un registro de mantenimiento de cada ascensor actualizado cada mes.
- Elaborar un boletín detallado en todos los mantenimientos mensuales para cada ascensor.
- Notificar al titular 3 meses antes de la fecha de cada inspección periódica.
- Implementar sistemas informáticos para programar las visitas mensuales un mínimo de 20 días y un máximo de 45 días entre sí.
- Si expira el plazo de inspección, la empresa está obligada a dejar el ascensor fuera de servicio y comunicarlo fehacientemente al titular y al órgano competente en 24 horas.
- En caso de accidente, informar al órgano competente y dejar el ascensor fuera de servicio.
- La subcontratación de estos servicios queda restringida a empresas conservadoras certificadas.
¿Qué responsabilidades tiene el propietario según la nueva ITC?
Uno de los aspectos que más se destaca en la nueva ITC es el papel del propietario del ascensor, quien asume nuevas obligaciones para garantizar el cumplimiento de la normativa. Entre ellas, se incluyen:
- Contratación de inspecciones reglamentarias: El propietario deberá asegurar que las inspecciones periódicas se realicen puntualmente, dependiendo del tipo de edificio. Por ejemplo, los ascensores en edificios de uso industrial deberán ser inspeccionados cada dos años, mientras que en edificios residenciales de más de veinte viviendas o con más de cuatro plantas, el intervalo será de cuatro años.
- Comunicación de incidentes y anomalías: Cualquier incidente o anomalía grave en el funcionamiento del ascensor deberá ser subsanado independientemente de su gravedad. Para ello, el propietario deberá reportar a la empresa conservadora en un plazo máximo de 24 horas, que dejará fuera de servicio el equipo en caso de detección de problemas de seguridad o accidente.
- Mantenimiento de la documentación: Se exige que el propietario conserve toda la documentación relativa al ascensor y la facilite en caso de cambio de empresa mantenedora. Esta incluye el manual de funcionamiento, partes de mantenimiento, certificados de inspecciones periódicas, etc.
Un enfoque preventivo y tecnológico gracias a la nueva ITC de ascensores
La nueva ITC incorpora medidas avanzadas que mejoran la seguridad de los usuarios, como sistemas de comunicación bidireccional para rescates y controles de sobrecarga en cabina. A su vez, las empresas del sector están implementando tecnologías de mantenimiento predictivo, conectividad en la nube y otras innovaciones que permiten un monitoreo y un control exhaustivo de todos los sistemas de elevación repartidos por todo el país.
Este enfoque no solo aumenta la seguridad, sino que también extiende la vida útil del ascensor, reduce el riesgo de fallos inesperados y optimiza el rendimiento energético. Para los propietarios, este cambio también representa un ahorro a largo plazo, ya que previene problemas mayores que podrían suponer un gasto mucho mayor.
