Artículo publicado por NAN Arquitectura
El sector de la elevación se enfrentará a lo largo de los próximos 10 años, al mayor cambio en el modelo de negocio de su historia. Muchos protocolos de servicio, y estrategias de empresa que hasta ahora habían sido válidas, pronto no servirán.
En general, con la aparición de nuevos productos, de nuevos servicios, de nuevas disposiciones legales o nuevas normas, los clientes, los obligados, los contribuyentes o los administrados, tenemos la inmediata sensación de tener nuestras necesidades, derechos, obligaciones o responsabilidades actualizadas, satisfechas o garantizadas. Esto no siempre es así.
Las regulaciones, no siempre contemplan el futuro inmediato de la actividad regulada
Desde el Reglamento de Aparatos Elevadores de 1966, en el que se dispone que se irían publicando Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC´s), muchas disposiciones técnicas y legales se han ido sucediendo. El pasado 13 de abril de 2024 se ha publicado la nueva ITC de ascensores mediante el R.D. 355/2024 y que ha entrado en vigor el 1 de julio de 2024. Esta nueva legislación ha sido bien acogida por el conjunto del sector, ya que regula mucho mejor que la anterior dos grandes asuntos. Por un lado los asuntos relativos a las obligaciones, responsabilidades y derechos de los titulares de los ascensores y de las empresas mantenedoras. Por otro lado trata de aproximar las seguridades del parque de ascensores existente, a las de los ascensores más modernos, recogiendo aquellas disposiciones técnicas que quedaron sin implantar muchos años atrás (R.D. 57/2005, o las ISAE Instrucciones de Seguridad para Ascensores Existentes). Así, una vez más, la primera sensación es que la actividad del sector está ya está actualizada y ordenada.
Más allá de las interpretaciones técnicas y administrativas que se hagan de este texto legal y, más allá de las limitaciones que plantea dicho texto para implementar medidas de seguridad completas, definitivas y estables para todo el parque de ascensores, el texto tiene carencias aún más importantes, desde el punto de vista estratégico, para el futuro del sector. En un mundo globalizado, tecnológico, en plena expansión de las herramientas y procesos digitales, y de la conectividad, este texto, no recoge ni contempla ni un solo aspecto relativo a ellos y a las posibilidades que existen de diseñar productos y prestar nuestros servicios de forma muy diferente. No los prohíbe, simplemente, no los contempla. Son muchas las empresas del sector, no solo las más grandes, que llevan años desarrollando servicios al cliente y productos muy novedosos en ascensores. Por otra parte el ordenamiento administrativo del parque existente, es muy desigual según cada Comunidad Autónoma, lo que agrava la implantación de marco regulatorio recién estrenado y, aún más la implantación de determinados procesos y servicios digitales. El texto, deja a un lado el tan deseado Registro Industrial Integrado, con lo que el control administrativo, técnico y estadístico del parque de ascensores, sigue dependiendo del criterio, voluntad y medios de cada Comunidad Autónoma.
Se dice que las normas van por detrás de la innovación tecnológica.
La industria europea, antaño de gran prestigio por su calidad, tecnología y diseño, ha quedado casi equiparada, cuando no relegada, a la industria y fabricados asiáticos. El verdadero valor industrial que le queda a Europa, ya no es la manufactura o fabricación, si no el conocimiento de cómo se diseñan y fabrican esos productos, o lo que es lo mismo, el conjunto de normas con las que se hacen. Normas que se elaboran en organismos como CEN, CENELEC o ETSI. La leyenda de “Made in UE” en los productos, cada vez es más infrecuente. El sector de la elevación, especialmente la actividad de la post venta, en España, está fuertemente regulado. Lo está por el contexto económico y legal de Europa y, por una legislación propia, no equiparable a la de otros países de nuestro entorno. Frente a ese marco legal, hoy día, es posible realizar tareas de mantenimiento preventivo y predictivo de un ascensor, de forma que no es necesaria la presencia de un técnico en la instalación durante varias horas, para poder hacer un diagnóstico de lo que le ocurre, si no que pude ir a la instalación a intervenir sobre la avería de forma directa, ya que los distintos sensores de la instalación habrán reportado el estado o fallo a un panel de mando en una central de la empresa mantenedora. Es más, es perfectamente posible predecir el fallo de muchos de los componentes del ascensor (mantenimiento predictivo). Los ascensores, hoy, pueden estar tele monitorizados. Así mismo, las maniobras que gobiernan el funcionamiento de los ascensores actuales, son capaces de aprender la forma en la que los viajeros usan el ascensor, pudiendo llegar a esperar a un vecino del 2º de lunes a viernes a las 8:15 para llevarle al garaje donde está su coche, pero aprender que los martes tele trabaja y no usa el ascensor hasta las 19:00 h que sale a la calle. También es posible que un ascensor “hable” con otro y compartan información. En este entorno tecnológico, el marco normativo recién estrenado, no contempla las posibilidades que hoy existen de hacer ciertas tareas en remoto, o de adaptar el número de revisiones a las características técnicas, e intensidad de uso de cada instalación. Aspectos poco regulados como la ciberseguridad, el manejo de datos, etc, abren muchas dudas, incertidumbres y riesgos con este tipo de servicios, pero también con los servicios de terceros que se quieren aproximar al sector de la elevación. Consecuentemente, nuevos modelos y oportunidades de negocio en el sector de la elevación, están a punto de surgir.
Hoy más que nunca, es necesario que los organismos que desarrollan las normativas, vayan por delante de la innovación y sean los impulsores de la actividad industrial. En ese sentido UNE, ya se ha alineado con esta tesis.
Las cifras de negocio y las condiciones del sector en España, son muy atractivas para otros países y para otros sectores de servicios.
En España, con un parque de ascensores de 1,1mll de unidades y, con un crecimiento de 16.500 unidades más cada año, tenemos unas 20 fábricas de ascensores completos y muchas más fábricas de componentes para ascensores. La mayor parte de estas fábricas, exportan a países de todo el mundo. En España el core business del sector son las actividades de postventa y el mantenimiento, al ser obligatorio por ley, lo que ofrece a las empresas un importante volumen de ingresos recurrentes, sobre sus ingresos totales. Adicionalmente, España cuenta con el parque de ascensores más envejecido de Europa, que han de ser modernizados, o sustituidos. Por otro lado, Europa crece en unas 136.000 unidades al año. Solo en China se fabrican 625.000 unidades al año y, en el mundo, se producen 1 millón de unidades anualmente. Con estas condiciones, el interés de ciertos países asiáticos por el negocio en Europa y en concreto por el de España, es creciente. En paralelo, todo un nuevo universo de servicios y propuestas de empresas ajenas al sector, se ofrecen,(cuando no amenazan), al nuestro.
Nuevos competidores desconocidos hasta ahora, desembarcarán en nuestro sector. Muchos proveedores y fabricantes de componentes, cobrarán más peso estratégico en el desarrollo de productos. El sector debe hacer un esfuerzo importante para abstraerse de la cuenta de resultados del ejercicio presente y empezar a visualizar y definir qué papel se quiere jugar en este escenario que está llegando.
Artículo publicado por NAN Arquitectura