«Ascensor», «elevador» o «montacargas». Los tres cumplen la función principal de transporte vertical. Pero, pese a que utilicemos estos términos de forma indistinta, debes saber que hacen referencia a equipos diferentes. Decantarnos por la instalación de uno u otro dependerá del contexto y de factores como la velocidad deseada, la altura a salvar, la estética y el uso previsto (público o doméstico).
En este post queremos descubrirte las características de cada uno de ellos, sus similitudes y sus diferencias.
Teniendo en cuenta esta información, solo te quedará analizar tus necesidades y el presupuesto disponible para discernir cuál es la opción que más te conviene. ¡Comencemos!
Ascensores, los equipos más rápidos
Los ascensores transportan personas. Con esa finalidad se instalan en edificios (comerciales, de oficinas o residenciales) donde el tráfico y el uso del ascensor es más intenso, aunque también pueden colocarse en viviendas unifamiliares.
- En el caso de los ascensores, los requerimientos técnicos, la periodicidad de las labores de mantenimiento y el contenido de las inspecciones son más rígidos. Así lo regula el correspondiente reglamento, aprobado por Real Decreto 88/2013.
- Velocidad. Los ascensores son los aparatos de elevación más rápidos, siendo habitual velocidades de entre 1 y 2 metros por segundo (m/s).
- Alimentación. La alimentación eléctrica de los ascensores suele ser trifásica, pero en caso de cabinas para pocas personas y velocidades de 1 m/s puede ser incluso monofásica.
Elevadores, los más económicos
Mientras que el ascensor puede instalarse en todo tipo de edificios, el elevador es un aparato más lento que resulta ideal en fábricas, almacenes, edificios que cuentan con un reducido número de pisos o viviendas unifamiliares. Asimismo, es el equipo idóneo para ayudar a las personas con movilidad reducida en sus desplazamientos.
Sus características son:
- Requerimientos técnicos. Los elevadores son estructuras sencillas con mecanismos más simples. No obstante, también requieren de un mantenimiento, tal como se apunta en el Real Decreto 88/2013. Las obligaciones en lo que respecta al mantenimiento varían según su velocidad, la antigüedad, el tipo de edificio o el número de paradas. Además, si los elevadores no superan los 0,15 m/s se rigen por la Directiva 2006/42/CE relativa a máquinas.
- Los elevadores tienen una velocidad más reducida que los ascensores (de unos 0,15 m/s aproximadamente) y su recorrido es más limitado.
- Alimentación. La electricidad para el elevador viene dada por un sistema monofásico.
Entre las ventajas de instalar un elevador podemos destacar que: son más económicos, su consumo energético es menor, implican un bajo coste de mantenimiento y su instalación es más fácil y sencilla. Otra ventaja es que no requieren de foso, a diferencia de los ascensores.
Sin embargo, no podemos decir que un elevador es mejor que un ascensor, ni lo contrario. En su lugar debemos analizar una serie de indicadores o factores (como son la altura, el recorrido, el nº paradas o el tráfico de personas) que nos ayudarán a determinar cuál es el sistema más adecuado para cada caso concreto.
Por ejemplo, en un centro comercial, un edificio de oficinas o una comunidad de vecinos bastante concurrida en la que hay más de cuatro plantas lo idóneo sería instalar un ascensor convencional. Pero si pensamos en una vivienda unifamiliar donde el uso del equipo de elevación no va a ser muy frecuente y la distancia a salvar no es elevada, un elevador sería la mejor opción.
Montacargas, ideales para el transporte de objetos y mercancías
Los montacargas son equipos de grandes dimensiones que se utilizan para transportar principalmente mercancías, más o menos voluminosas o pesadas, de un piso a otro.
Son habituales en edificios industriales, comerciales y en cualquier contexto, profesional o doméstico, en el que se esperan movimientos frecuentes de materiales entre varios niveles.
Sus principales diferencias, si los comparamos con un ascensor convencional, son las siguientes:
- Velocidad. La de los montacargas es menor (de unos 0,15 m/s).
- Diseño. Cabe esperar que los acabados de los montacargas no sean tan refinados como los de los ascensores destinados al transporte de pasajeros. En el primer caso se apuesta totalmente por la funcionalidad y la resistencia (basta una cabina en acero inoxidable con botonera simple). En el segundo, por el confort y la estética para las personas.
- Mantenimiento. Según la normativa, los montacargas deben pasar por un proceso de revisión periódica cada tres meses. Por su parte, la frecuencia de revisión de los ascensores debe ser mensual.
- Tamaño y carga máxima. Los montacargas suelen ser más grandes y resistentes que los ascensores destinados a pasajeros. No en vano, pueden transportar cargas de entre 3.000 y 5.000 kilogramos.
Hay una gran variedad de tipologías disponibles en el mercado, en función de:
- Su carga: pueden trasladar mercancías, personas o admitir ambas (los llamados montacargas mixtos).
- Su tecnología: pueden ser eléctricos o hidráulicos.
- El tipo de carga a transportar: industriales (transportan materiales y cargas pesadas), montacoches (para vehículos) o minicargas (también conocidos como montaplatos).
Esperamos que ahora tengas un poco más claras las diferencias entre estos tres términos que muchas veces utilizamos como sinónimos en el lenguaje hablado.
Si tienes cualquier duda, no dudes en contactar con la FEEDA o con cualquiera de las empresas que la componen.
2 comentarios en «Ascensores, elevadores y montacargas: ¿Qué los diferencia?»
De ser posible podrán enviarme información sobre los montacargas para un piso que tengo en Sgo del Estero ,Argentina.Necesito me asesoren lo que más me conviene, son 4 pisos ,incluyendo ,planta baja y por supuesto los.costos.
N
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